Los seres humanos somos capaces de transmitir ideas sin necesidad de nada que no traigamos de serie. Abrimos la boca y empiezan a salir las palabras. Algunos con más propiedad, otros con menos. Algunos lo hacen en varios idiomas y otros apenas saben expresarse en el suyo propio. Aquellos que han leído más, o que practican el arte de la conversación a menudo, son más hábiles a la hora de captar la atención de los demás, o simplemente de describir un objeto, persona o sentimiento. Las palabras son una abstracción que nos ha permitido el intercambio de información durante milenios y es, probablemente, lo que nos ha llevado a evolucionar a unos niveles que ningún otro ser vivo ha alcanzado.
Y yo me digo: basta. No quiero seguir evolucionando mi capacidad de transmisión verbal. Empieza a ser hora de desarrollar la capacidad de transmitir imágenes sin necesidad de usar cámaras, imprentas, ordenadores ni nada de nada. Es hora de empezar a ser audiovisuales de verdad. ¿Os imagináis que pudiéramos transmitir imágenes del mismo modo que transmitimos palabras? En vez de aburrir a nuestro interlocutor con decenas de adjetivos, símiles y perífrasis, le pondríamos a nuestra narración una imagen y punto. Se acabaron los retratos robot, las dudas de si algo era gris azulado o azul grisáceo; los niños aprenderían 100 veces más rápido, pero sobre todo, veríamos cosas que hoy por hoy no podemos ver.
Mientras transmitamos fotos a través de cámaras, nunca veremos imágenes desde dentro de un avión cayéndose, ni tampoco sabremos nunca qué pinta tiene el Papa cuando se levanta. Si pudiéramos transmitir imágenes con la mente ¿serían en raw?, ¿las editaríamos?, ¿les daríamos un poco de Photoshop, igual que a veces adornamos las anécdotas? Aquellos que son más brutos y hablan a gritos y con tacos: ¿harían jpgs en baja y muy comprimidos?, ¿se nos escaparían imágenes cuando tomáramos dos copas de más? ¿cómo sería un rumor en imágenes?, ¿la gente más culta tendría imágenes a mayor resolución y profundidad de color?, los que usan película ¿sería como si hablaran en latín?.
Si pudiéramos transmitir imágenes existirían los imaginadores, del mismo modo que hay oradores. Al igual que con el verbo, habría un lenguaje visual coloquial y otro para ser impreso. Igual que con las palabras, el ser capaz de producir una imagen no tendría ningún valor intrínseco.
A veces pienso que estamos en un momento en el que la imagen, los millones de imágenes que se producen en cada momento y lugar, no valen más que las palabras que cada día pronunciamos y que afortunadamente se las lleva el viento. Pienso, una vez más, que lo único que empieza a valer algo es poder construir algo con toda esa materia prima visual. Quizás falten 60 millones de años, pero llegará un momento en el que evolucionaremos, nos convertiremos homo imago-sapiens y seremos capaces de prescindir de esos aparatos que tanto nos gustan y que sin embargo tanto condicionan nuestro mundo visual.
Fianlmente HOY, a las 20:00 haremos la presentación oficial de China Western en la Librería de La Fábrica, Calle Verónica 13, Madrid.